de intereses que nada tienen que ver con el bienestar de todos y mucho menos con la integración de Italia al resto de Europa. No es una elección más. No lo es porque hace falta promover con más fuerza que nunca los rasgos que nos distinguen; la historia que nos respalda; la lengua que nos identi????ca; la cultura del trabajo y el intercambio artístico, cientí????co y comercial. Y solo podremos lograrlo si somos capaces de tender nuevos puentes y de ser auténticos vasos comunicantes entre los diputados y senadores que expresen lo mejor de nosotros y los italianos de América Meridional. El Partido Democrático, al cual tendré la responsabilidad de representar desde el Senado – si la mayoría de los votantes optan por nuestra fuerza y sensibilidad- es el único que podrá garantizar la aplicación de políticas superadoras porque es el único con una sólida representación parlamentaria. Y la postulación de candidatos con gran experiencia y calidad humana como Renato Palermo, Alberto Becchi y Fabio Porta, me llevan a pedirles su voto con la seguridad de que honraremos largamente nuestras responsabilidades. Agradezco su lectura y consideración con una última re????exión que me importa compartir: es un halago que el PD pensara en una mujer del ámbito académico para que lo represente, pero–más allá de cualquier procedencia o formación- lo importante es que esta vez sea una mujer la que lleve al Senado italiano una mirada nueva, solidaria, distinta. Cuento con su voto (como cuenta usted conmigo). Verónica Minnicino.