Hoy se inaugura, en la Bancaria, una muestra de la Asociación de Dibujantes del Litoral. La exposición viene acompañada por el talentoso dibujante rosarino Carlos Barocelli que, por estos tiempos, está terminando de dibujar El Eternauta.

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 El ruido de la metralla, botas que chapotean sobre el barro espeso, el temblor de los tanques acercándose cuando es casi de noche (o el cielo anuncia tan intensamente la muerte que ha decidido oscurecer), el crujir de las ramas secas que avisa la llegada de los espectros. Pero, también “El señor de los caballos” o, incluso, hasta la inocente postal de un libro para niños. Todo territorio expresivo, y lanzado a la imaginación, puede ser el que motorice su pluma. Es Carlos Barocelli (42), ilustrador e historietista rosarino que llega, junto a sus dibujos y los de otros colegas, a Mendoza. Para quienes no han sabido encontrarse con las profusas fantasías visuales de este rosarino, basta con algunos breves apuntes de su trayectoria: el hombre es casi arquitecto y en ese campo estuvo ocupado hasta el ’98. Pero finalmente decidió no distraerse más y enfocar sus días -y desvelos- hacia lo que verdaderamente le interesa: el dibujo, la historieta y la ilustración. Sus primeros escarceos con el oficio le depararon el éxito que luego crecería con los años. Es que ingresó en la revista “Papeles”, del Sindicato de Prensa Rosario; una publicación que llegaba, obviamente, a todos los medios de Santa Fe. Saltar a las páginas (papel o electrónicas) de los medios rosarinos fue casi un trámite. Es así que, en el mismo año ‘98, comenzó a colaborar como dibujante de Rosario.net (el que fuera el primer diario electrónico del país). También ese 1998 entró en contacto con la Asociación Rosarina de Modelismo Estático y, claro, se convirtió en su dibujante. Y, en 2002, recibió un premio que lo catapultó a nivel nacional: junto al guionista Víctor Gaite (del diario La Capital, de Rosario) obtuvo el primer premio en el “Primer Concurso Iberoamericano de Comics y Animación” que se hiciera en Buenos Aires (el trabajo, titulado “El festín del soldado Kepprer”, fue seleccionado entre más de mil obras de toda Latinoamérica). Ese mismo año expuso en el Centro Cultural San Martín y, un año después, en el Centro Cultural Borges. Hoy, Carlos Barocelli es quien tiene a su cargo el proyecto inconcluso “El eternauta”, creada por Héctor Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López. Pero, además, trabaja para proyectos de Estados Unidos, España e Inglaterra. En una charla con Los Andes, el dibujante da pistas sobre su ascendente carrera. -¿Cómo surgió esta invitación a Mendoza? -Nosotros, en Rosario, tenemos la Asociación de Dibujantes del Litoral y estamos exponiendo en distritos municipales y ciudades de la cercanía. También en Rosario hay una sede de Usef (una agrupación que congrega a los hijos e inmigrantes de Sicilia). Yo soy el vicepresidente. Y, de la delegación mendocinas nos contactaron. -¿Qué dibujos contendrá la muestra? -Llevamos laburos de “El eternauta” y unos veinte trabajos de profesionales y alumnos avanzados que pertenecen a nuestra institución. -¿En qué etapa estás de tus dibujos para concluir “El eternauta”? -Ahora estoy con las tintas. A fin del año pasado terminamos con los lápices y ahora, en enero, empezamos a entintar. Pero no voy muy rápido porque lo estoy haciendo en paralelo con otros trabajos. -¿Tenés una fecha pensada para terminarla? -La idea es presentarla en la Feria del libro de Buenos Aires. Esperamos llegar. -¿Qué otros trabajos te tienen ocupados? -Estoy trabajando para una editorial inglesa: Penguin Readers. Ellos enseñan inglés en el mundo a través de películas. Hacen libros de bolsillo que se venden en Arabia, Francia, y otros países del mundo. El trabajo que me piden es que, a partir de una película, tengo que ilustrar (de hecho, ya se pueden disfrutar los trabajo que hizo para “El señor de los caballos”, una novela de Nick Evans que llevó al cine Robert Redford). También tengo otro trabajo bélico, sobre la Primera Guerra, que se editó para Thalos (una editorial específica de comics, donde se lucen publicaciones como “Lovecraft”, la edición argentina de “Hellboy” o “Pepe Sánchez”), y salió en todo el país. -¿Qué temas te motivan para ilustrar? -Siempre se puede encontrar algo que te motive, por más que el laburo no sea de tu agrado: hay que encontrar pilas y hacerlo. Pero, si puedo elegir: me encantan los hechos históricos, las batallas. -¿Qué trabajo, por ejemplo, no te gustó ilustrar? -Una novela policial que hice para una editorial de Inglaterra. -¿Por qué no te gustó? -Porque no tenía acción, había que hacer mucha gente hablando. Sin embargo encontré en la imaginación cómo abordarlo. Pensé en los caseríos de Inglaterra, en los barrios. ¡En fin!, lo hice. -¿Cuál ha sido la última muestra de tus trabajos? -En la Feria Latinoamericana del Libro que se hizo en Rosario en 2008. Ahí llevamos una muestra muy parecida a la que se va a ver en Mendoza. No sólo mis trabajos sino también de otros dibujantes que están haciendo ilustración para Estados Unidos, Inglaterra, Francia. -¿Cómo está el mercado de la ilustración en nuestro país? -Jodido. Lo que hago yo hago en “Pandemonium” (una revista de Thalos) o “El eternauta” son aventuras, porque no hay mercado en la Argentina para eso. Afuera es distinto: está muy bien el mercado comic; sobre todo el francés. Allí apuntan todos los historietistas argentinos porque se hacen libros de altísima calidad, hay un muy buen comic en Francia. Acá, en cambio, si vos decís que leés historieta por ahí piensan: “mirá el grandote, huevón, leyendo cuentitos”. No se piensa que, por ejemplo, hay historietas para adultos. Marcelo Frusin, del que también vienen trabajos a Mendoza, está haciendo “Constantine”. Ahí tenés un caso. -¿También escribís guiones? -¡No! (se ríe). “Zapatero, a tus zapatos”. Hacer un buen guión requiere energía que después no se tiene para el dibujo. Yo prefiero trabajar sobre un buen guión de otro, como lo es el de “El eternauta”, de Oesterheld. -¿Cómo llegaste a poder terminar ese mito que es “El Eternauta”? -Parece un sueño. En 2003 participé con Víctor Gaite en un concurso iberoamericano (se refiere al que lo llevó a Buenos Aires), y lo gané. Entre el jurado estaba Solano López (el dibujante de “El eternauta”). Cuando estaba exponiendo en el Centro Cultural Borges, cae un día Solano. Cuando se me acercó, lo secuestré y lo llevé a ver mis dibujos. Ahí se acordó de que él había visto mi trabajo cuando fue jurado del concurso y empezó a contactarse conmigo cada vez que viene a Rosario. Hace un par de años me preguntó si yo quería hacer “El eternauta” que había quedado en los papeles. Él ya no tiene ganas de dibujar, está en otros cosas. Me buscó a mí porque, dice, tenemos formas parecidas de trabajar. Para mí ha sido un honor y una larga espera hasta que, finalmente, el proyecto se concretó y empecé a dibujar. Por Patricia Slukich - Questo indirizzo email è protetto dagli spambots. È necessario abilitare JavaScript per vederlo.